La provincia de Soria cuenta con un paisaje natural muy bello pero en muchas ocasiones desconocido, donde la mano del hombre casi no hace aparición. Pero también, tiene la suerte de contar con panorámicas creadas por la acción humana que poseen auténtica belleza. Este es el caso del pantano de la Cuerda del Pozo. 

Este pantano, también llamado La Muedra, tiene una gran capacidad, siendo en cuanto a extensión, el cuarto más grande en la cuenca del Duero. Fue construido en 1941, y desde entonces ha abastecido de agua no sólo a la provincia de Soria sino que llega a dar de beber a poblaciones de Burgos. En su construcción anegó grandes extensiones de prados, aunque la pérdida de poblaciones fue escasa. Sólo hay una excepción: La Muedra. Pueblo del que recoge el nombre el pantano, era una pedanía de Vinuesa.De él, aun queda un único y mudo testigo; el campanario de la Iglesia de San Antonio Abad, ya sin campana, asoma sobre el agua. 

 

 

Otro elemento que se sumergió en las profundidades fue la antigua ferrería La Numantina, construida en 1850 y que sobrevivió a duras penas hasta los ochenta. Se podía medir el nivel del pantano dependiendo de si se dejaba ver o no unas arcadas de este edificio y la marca que dejaba el agua sobre la chimenea que, tristemente, se calló en 2003.

 

 

Espacio natural que combina un marco de rica vegetación bañada de las aguas del Duero. A lo largo del curso del Pantano, podemos encontrar rincones únicos y mágicos donde pasear o darnos un baño. El lugar idóneo para ello es la tan popular Playa Pita,  nuestra "playa de agua dulce", un espacio donde poder bañarse, realizar deportes acuáticos o simplemente pasear por sus alrederodes. Cuenta con servicio de bar-restaurante, botiquín y camping. 

 

 

El embalse de la Cuerda del Pozo cuenta también con un Club Náutico donde se realizan actividades como el windsurf, piragüismo, vela ligera y descensos en canoa por el Duero. Y si lo que interesa es algo más tranquilo, la lucioperca y la carpa pica con facilidad el anzuelo de los pescadores. Este embalse fue recientemente restaurado, colocándose una valla que permite ver el agua mientras se atraviesa su puente.

Merece la pena seguir la carretera que bordea el pantano y que llega a la entrada casi de muchas poblaciones bellas como Salduero. O adentrarse en la llamada Carretera Cortada, antigua calzada por donde pasaba el tráfico pero que quedó anegada y que es por tanto un camino casi intransitado que se adentra por entre árboles y maleza.

 


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