El ejemplo más claro de las distintas clases sociales que habitaban Vinuesa en su época de esplendor es la ermita de la Soledad. 

Cuando la Villa lucía todo su potencial, aunque realmente eran unas pocas familias las que tenían el poder económico en sus manos, el resto trabajaba como ganaderos, normalmente trashumantes, o en alguna actividad relacionada con ello. 

La Iglesia de la Virgen del Pino reflejaba el poder adquirido por el pueblo, mientras otros templos seguían abriéndose al culto en calles menos afortunadas. Así, la ermita de la Soledad reunía a los fieles de otro barrio, que adquirió el nombre de la ermita -Barrio la Soledad-, un distrito mucho más modesto económicamente. 

Esta ermita fue construida junto al humilladero. Normalmente, este nombre se otorga a las cruces que marcan los límites de los municipios o las que se ubican en los caminos a modo de lugar santo o devoto. Así, una cruz dedicada al Santo Cristo de la Vera Cruz se vislumbra al lado del templo. 

 

 

Mientras duraron las obras de la Iglesia de la Virgen del Pino, el culto se centró en la Soledad y pasó a ser el primer templo religioso de Vinuesa esporádicamente. 

El edificio, construido hacia 1560 - 1570, es muy sencillo, con un único espacio de planta cuadrada y techumbre a cuatro aguas. Cuenta con un generoso porche que sustenta un pequeño tejado apoyado sobre tres vigas de madera. 

La entrada al interior se facilita con dos puertas de doble hoja enmarcadas por arcos de medio punto formados por dovelas sin decoración alguna. Su fábrica es de mampostería de piedra arenisca unida con mortero y aparece reforzada con excelentes sillares en las esquinas y contrafuertes. Su interior cobija aun elementos góticos como su retablo y las bóvedas de terceletes que coronan su techo. El campanario, hoy sin campana, está habitado por las cigüeñas.

 

 

 

Un nuevo cementerio se tuvo que construir al lado de la ermita debido a las obras realizadas en el antiguo para la edificación de la Virgen del Pino. Este cementerio fue utilizado hasta principios del siglo XX, siglo en el que fue expropiado para construirse la actual carretera. Pero además, en sus inmediaciones, las ovejas caminabas en plena trashumancia por la Cañada Real Riojana o Galiana. Actualmente, el pueblo iza el Mayo y luce erguido frente a esta ermita.

Vigila también la plaza la sorprendente torre de una casa de Indianos, al lado de la Soledad. Cuando en el siglo XIX, algunos emigrantes vuelven a la tierra, los denominados indianos, se reconstruyen muchos antiguos edificios pero también son numerosas las nuevas edificaciones. Con el oro traído de América, levantaron suntuosos palacios hechos con las modernas estructuras del momento. Así, esta casa rodeada por un jardín y flanqueada por un muro es un edificio de cuatro pisos de piedra y madera con un porche en galería y numerosas ventanas con contraventanas en rojo. Esta casa es visible desde distintos puntos del pueblo.

 


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